martes, 1 de abril de 2008

Nº 21

Llegó esa tarde de nubes oxidadas... contando los pasos,
pensando en el galopar de su vida, en sus tantas historias inconclusas...
con los parpados pesados, las manos extenuadas y su cabeza en
otros mundos que la alegraban y evitaban que esa realidad fuese tan cruel.

Llegó con mucho tiempo tras de si, pero no era en ella que se notaba,
se veia detras de todo lo que ella expresaba, todo lo que hacia recordar.
Y la conversación fue tan amena, tan llena de algodon... de risas,
de opiniones... y de extraños pechirojos que revoloteaban por do quier...

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