Pretendo arrinconarte no sé en que rincon, pero
lo hare amenazandote (con tu entera aprobación)
con muchos besos puntiagudos y una que otra
caricia inesperada.
Sentire y palpare tus palabras y empezare
a encenderme los huesos y el cabello mientras
te vas... y no pensaras, ni pensare en la
incertidumbre de tu regreso.
sábado, 2 de febrero de 2008
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